Desde hace días que la derecha instala discurso xenófobo sobre la composición de la selección de Francia. Cultor de esa campaña, Edu Feinmann, le mostró a la embajadora de Francia en Argentina, Claudia Delmas-Scherer, que la mayoría de los jugadores de la selección no eran de esa nacionalidad.

A lo que la embajadora le contestó sin vueltas: “Todos nacieron en Francia”.

Más allá de las discusiones que puede haber sobre el pasado colonial del país europeo, lo cierto es que dejar proliferas estas posiciones de ultra nacionalismo sólo fomenta un discurso de odio y hace perder de vista la conformación de nuestras identidades.

¿Acaso los nietos de italianos que juegan en la selección argentina no son argentinos? ¿Acaso las personas que se nacionalizaron porque eligieron nuestro país para vivir no lo son?  Preguntas que vale la pena hacerse antes de repetir ideas en el afán de ganar un debate futbolero. Que, como se sabe, la verdadera forma de ganarlo, es en el campo de juego.