Alberto Fernández recibió un apoyo inesperado en las últimas horas: unos manifestantes se dieron cita en la esquina de Uruguay y Juncal para repudiar la supuesta “apretada de Cristina” al Presidente y volvieron con la cantinela de que la vicepresidenta “done lo robado”.

Está claro que no es lo que Alberto necesita, gente que que quiere sacar rédito político del momento de turbulencia que generó en el oficialismo el resultado de las elecciones.

Pero lo que queda claro es que estas manifestaciones si algo no son es populares. Solo una veintena de personas se reunió frente al domicilio de Cristina para insistir con las consignas recalentadas de marchas anteriores.