Luego de su triunfo en Córdoba, Juan Schiaretti se puso a la cabeza del armado de lo que llaman la “tercera opción” al macrismo y al kirchnerismo, plantándose ante Roberto Lavagna, que sigue buscando armar una nueva alianza de peronistas federales y desencantados.

Pero el cordobés corre con ventaja: el domingo pasado comprobó lo que puede hacer electoralmente hablando (aplastó a los candidatos de Cambiemos), cobrando una notoriedad casi impensada en esta coyuntura electoral.

Y ahora quiere conformar su propio frente “amplio”: afronta una serie de reuniones con referentes de Alternativa Federal como Sergio Massa, Miguel Pichetto y hasta Juan Manuel Urutubey, y va por más.

Ya llamó asl ‘socialista’ santafesino Miguel Lifschitz y, ante la inminente convención de la UCR y luego de las palabras del presidente del radicalismo, Alfredo Cornejo, quien cuestionó duramente la candidatura de Mauricio Macri, pretende que los radicales también se sumen.

Que el radicalismo deje Cambiemos, algo con lo que sus principales dirigentes vienen coqueteando desde hace tiempo, significaría el fin de la alianza que lleva a Macri –hasta ahora– como candidato presidencial; es decir, sepultaría definitivamente cualquier aspiración reeleccionaria.

Otra opción es que el 27 de mayo, en Parque Norte, la UCR ratifique formalmente su seguidismo a Macri y su claque, pero un grupo importante de radicales –sin romper con su partido– opte por seguir los pasos de Schiaretti o Lavagna. Nada está dicho todavía.