Lo mejor que se le ocurrió a nicolás Carrizo para tratar de despegarse no sólo del atentado sino también de los mensajes posteriores fue justificarse con que se trató de humor como el de “videomatch”.

A cinco meses del intento de magnicidio nada a pasado en el país, nadie investigó la financiación del atentado y el principal implicado intenta justificarse en el humor.

Otra cosa que queda al descubierto es la falta de acción de la Justicia que ya está cerca de un encubrimiento.