Está de moda tomarse en chiste las atrocidades que dice Alfredo Olmedo. Es que son tantas y de un nivel de mentira tan grande, que ni siquiera se puede confrontar con un sujeto como este. El problema es que el discurso neo fascista del diputado de la campera amarilla ya se puso serio.

Porque con Bolsonaro en el poder y el ascenso de la ultra derecha en el mundo, tener a un personaje acusando a "los zurdos" de cualquier cosa sin pruebas y pidiendo condecoraciones al policía Chocobar no son moco de pavo. 

Por eso, hay que seguir el consejo de Ismael Jallil, de la Correpi: "Hasta hoy los payasos me causaban ternura". Pero ya no.