El gobierno brasileño le pidió a Washington explicaciones por escrito de manera inmediata, sobre los nuevos casos de escuchas que implican tanto a Dilma Rousseff, como a Enrique Peña Nieto, el presidente de México.

El canciller brasileño, Luiz Alberto Figueiredo, comentó en rueda de prensa que exigió esas explicaciones al embajador de Estados Unidos en Brasil, Thomas Shannon, y que le trasmitió "la indignación del gobierno brasileño con estos hechos".

"Manifesté que la violación de las comunicaciones de la presidenta es inadmisible, inaceptable y constituye una violación de la soberanía brasileña", expresó Figueiredo.

Según los medios locales, la presidenta Dilma Rousseff "está indignada" y estaría poniendo en duda el viaje que tenía planificado para el 23 de octubre a Estados Unidos.

Por su parte, el ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, aseguró que el gobierno insistirá en llevar ese asunto a "todos los foros internacionales" y propondrá "normas globales para garantizar la privacidad" de los ciudadanos, las empresas y, más aun, las autoridades.

Desde Rusia, otra vez, Edward Snowden puso en un aprieto al gobierno estadounidense, filtrando documentos que evidencian las acciones ilegales que cometen, según John Kerry, "para la seguridad global".