Si bien quiso mostrarse equidistante de la grieta y en un presunto espacio intermedio, Ernesto Tenembaum castigó con dureza a Mauricio Macri.

Claro que antes repartió palos para Cristina, -no vaya a ser cosa que alguien sospeche de alguna simpatía con el kichnerismo-, como si el viaje a Cuba por la salud de Florencia fuera lo mismo que el recorrido turístico de Macri.