Si algo le ha faltado a esta pandemia es karma, porque la enfermedad se ha enseñado tanto con los que cumplieron a rajatabla los pedidos de la comunidad científica como a los que no, hasta que llegó la cepa Ómicron para poner las cosas en su sitio.

Las salas de terapia intensiva tienen ahora preponderancia de quienes no se han contagiado y los que lo han hecho suelen transitar la enfermedad sin padecerla en cuadros extremos.

Javier Milei fue uno de los que osciló entre vacunarse y no hacerlo, pero debió ceder ante la imposibilidad de viajar a los Estados Unidos sin estar debidamente vacunado.

A ese requerimiento debería hoy agradecerle ya que se contagió pero al estar con las dosis correspondientes no está padeciendo situaciones de gravedad.