Alfredo Leuco alguna vez supo ser un periodista progre. Paseaba su acento cordobés con tono campechano y criticaba al menemismo con una supuesta defensa de teorías políticas nacionales y populares.

El tiempo pasó, y tras el descalabro de 2021 cada uno encontró un nuevo lugar bajo el sol. Y para Leuco ese lugar fue el de opositor acérrimo del kirchnerismo. Tan acérrimo que no duda en pedir un país sin esa representación de un sector grande de la sociedad.

Sin preguntarse cómo puede definirse como un republicano respetuoso de la Constitución y repudiar el voto de la mayoría del país, sigue con su feroz cruzada diaria.