Claramente, la ministra de Seguridad de la Nación tiende a victimizar a las fuerzas del orden y criminalizar al pueblo, como en este caso, y como lo viene haciendo desde la asunción de Macri. 

Otra vez, Bullrich cae en medio de la polémica por declaraciones insensibles en un momento más que complicado, a días del asesinato del nene de 13 años en Chacho durante un supuesto saqueo. 

Para la ministra los saqueos estuvieron organizados por el kirchnerismo, en coincidencia con el relato oficial de la "pesada herencia" para obstruir la visibilidad de la realidad. 

"Somos muy conscientes de la situación por la que estamos pasando”, aseguró y volvió con su denuncia al reclamar: “Creemos importante que hoy no exista político o dirigente barrial que se ponga a agitar o generar una situación de crisis o de saqueos".

En este sentido, argumentó: "Creemos que los saqueos planificados tienen que ver con un intento de generar un clima de incertidumbre y de participación de muchos grupos vulnerables que entran en esta situación con facilidad".

Pero en ningún momento Bullrich habló del niño asesinado como una víctima, sino que apuntó puntualmente a “grupos que permanentemente están en la calle, en manifestaciones, buscando generar una situación institucional de caos".