El excapitán Jorge Eduardo Acosta, recordado como 'el Tigre', volvió defender los crímenes cometidos en la ESMA durante la última dictadura militar. “No somos represores, fuimos combatientes”, dijo en un encendido discurso.

Eso, en realidad, no fue extraño en quien está considerado uno de los represores más sanguinarios de la dictadura; lo que sí causó algo así como estupor entre los presentes fue la afirmación de que en la ESMA se "salvó muchas vidas”.

“La Fuerza de Tareas 3.3.2, sorprendiendo a los guerrilleros, salvó muchas vidas del suicidio y la pastilla de cianuro”, dijo sin ruborizarse, agregando que en ese centro clandestino de detención, tortura y crimen hubo “actos de amor” y que allí “se privilegiaba la vida”.