El problema de la titularidad de las tierras en las villas del país es acuciante para quienes viven allí porque saben que dependen del color del gobierno para garantizar la continuidad en esos terrenos.

Cuando Leandro Santoro llegó a la Villa 31 uno de los reclamos que escuchó estuvo referido a ese tema y decidió inmediatamente enviarle la demanda a Alberto, quien contestó al instante comprometiéndose con resolver lo que le habían pedido.