Después de repasar las acciones judiciales tomadas contra Lula -donde tras tenerlo preso veinte meses por un supuesto delito de corrupción que nunca existió, le impidieron asistir al entierro de su madre y de su esposa-, Cristina -que atacaron a su hija, quien se enfermó por esa causa-, y Correa, Sandra Russo dejó en claro que estos líderes sostienen un proyecto político que es permanentemente amenazado.

Si décadas atrás la fórmula había sido movilizar a las fuerzas armadas, en el siglo XXI los grupos concentrados de poder -grandes empresarios, embajadas de potencias, prensa hegemónica- han optado por una estrategia que les permite tener un viso de legalidad: atacar en el ámbito judicial.

Por eso desentrañar el funcionamiento del lawfare es imprescindible para combatir una herramienta que hace daño pareciendo respetar el orden constitucional.