La oposición está desatada. El ritmo lo marca el ala dura del macrismo y dejó atrás los tibios intentos dialoguistas de Horacio Rodríguez Larreta.

Pero se llegó al absurdo de que incite a la desobediencia civil por el DNU que limitaba las clases presenciales en las escuelas por dos semanas.

Sin embargo, las calles vacías y el alto acatamiento indican que la sociedad percibe el peligro y quiere cumplir las recomendaciones, como sostuvo el ministro de Defensa, Agustín Rossi.