Al parecer al periodista lo enojó mucho que el presidente hubiera tenido un acto humanitario al recibir a los padres de Úrsula y empezó a subir la temperatura.

Conocido ya por sus ataques y exabruptos, Canaletti da la sensación de que en cualquier momento va a sufrir un paro cardíaco en cámara.

Dentro de su ataque de furia, cuando iba a decir para quién trabajaba, clavó el freno de mano para no decir Magnetto, ni Clarín, tampoco dijo Canal 13 y su chip lo hizo decir Artear.

Menos suerte tuvo cuando, sin querer reconoció la existencia del lawfare y al darse cuenta trató de desdecirse.