Las escuelas de Moreno no abrirán sus puertas este lunes, en una medida que puede prolongarse en el tiempo, con la intención de no hacerlo hasta tanto se garantice la seguridad de los establecimientos del distrito.

Es la respuesta de la comunidad educativa después de la tragedia del jueves, en la que una explosión por pérdida de gas se cobró la vida de la vicedirectora y el portero en la Escuela Primaria Nº 49.

Unos 250 directivos de escuelas del distrito se reunieron este sábado en la Media 2 de Moreno para evaluar los pasos a seguir. Luciano Casaux, director de ese establecimiento, contó a Página/12 las actividades del lunes y martes. “El lunes nos reuniremos en la puerta de cada escuela con la comunidad educativa, habrá asambleas y confluiremos a las 10 en una marcha a la jefatura distrital. El martes habrá un abrazo a la escuela 49”.

La idea es no abrir las puertas pero mantener la continuidad del ciclo lectivo. Al respecto, Casaux contó que “se repartirán cuadernillos con actividades para que los alumnos hagan en sus hogares y que entregarán al día siguiente en la puerta de sus colegios”. La medida abarca a unos 20 mil alumnos “hasta tanto llegue una respuesta de donde tiene que llegar”, dijo el directivo.

Casaux criticó al gobierno provincial porque “mandan inspectores para apretar y que la escuelas estén abiertas, pero no para garantizar la seguridad”, y remarcó, a la luz de lo ocurrido con la tragedia que se cobró las vidas de Sandra Calamano y Rubén Rodríguez que “ninguna escuela de Moreno está en condiciones”.

En la reunión de este sábado se elaboró un documento que detalla el estado de los establecimientos en cuanto a la infraestructura. El texto describe los problemas de cada escuela, que fueron denunciados ante el Consejo Escolar. La idea es elevarlo al ministerio de Educación bonaerense instando a un plazo para las obras.

El texto acordado informa de la suspensión de clases “hasta la certificación y habilitación por parte de profesionales matriculados” de los ministerios de Educación y Trabajo de la provincia “que de cuenta de las condiciones adecuadas del edificio” en materia de gas, electricidad y agua “y demás problemáticas de riesgo en cada uno de los servicios educativos del distrito”. También piden que los inspectores certifiquen las condiciones edilicias.

“Nos comprometemos a no levantar la suspensión de clases hasta que cada una de nuestras escuelas cuenten con el certificado correspondiente solicitado en su totalidad”, agregan los directivos.

Además, piden mayores cupos en los merenderos y que finalice la intervención del Consejo Escolar que fue “elegido democráticamente por la comunidad morenense”. Sobre las dos víctimas fatales, pidieron “el respeto profesional y de la memoria de nuestros compañeros” y que “se establezcan las responsabilidades políticas y penales de las muertes de nuestros compañeros Sandra y Rubén”.

Mientras tanto, el Frente de Unidad Docente consideró que las escuelas “deben proceder a la inmediata suspensión de clases, según lo establecen los artículos 195 y 196 del Reglamento General de Instituciones Educativas”. Fundamentan esto en que el reglamento habla de problemas de infraestructura entre los que señala “pérdidas de gas, artefactos en mal estado de conservación y funcionamiento”. La medida puede ser implementada por los equipos directivos o por los docentes delegados.

El FUD agregó que los docentes “deberán labrar un acta respecto de la suspensión, y de forma inmediata tendrán que elevar la denuncia correspondiente ante las autoridades educativas, ministerio de Trabajo y sindicatos”. Y especificó que la acción se encuadra en “debe de protección” que el ministerio de Educación Bonaerense “debe tener sobre sus trabajadores, resguardando a los mismos de cualquier evento, accidente y/o suceso dañoso”.