Los dichos del Ministro de Cultura, Darío Lopérfido, se hicieron eco en todo el país y un particular sector, relacionado a una de las peores épocas de nuestro país, lanzó un mensaje que evidencia su relación y la coincidencia en la visión de derechos humanos del actual gobierno.

En medio de una jornada de alegatos del juicio donde se investigan los crímenes cometidos durante el terrorismo de Estado en Córdoba -más precisamente, en el centro de detención clandestino, La Perla- el represor Héctor Pedro Vergéz dejó que las cámaras enfoquen una fotografía de Mauricio Macri y su esposa Juliana Awada sobre su regazo.

La fotógrafa Mechi Ferreyra registró el gesto que fue tomado como una provocación -una más a las que están acostumbrados los familiares de las víctimas- mientras la fiscal Virginia Miguel Carmona presentaba su alegato sobre el destino y desaparición de Humberto Orlando Annone, Silvia Ferrari de Suáres y Osvaldo Ramón Suárez, tres de las casi 700 víctimas del juicio La Perla.

El gesto no deja dudas: los represores están felices por el nuevo gobierno en el que por primera vez, una alianza de derecha llega a la Casa Rosada a través del voto.

Vergéz tomó la imagen enmarcada en varillas de caña pintadas de blanco y se puso a coserlas a un paño de tela azul, que sostuvo sobre sus piernas, para que todo el público detectara su maniobra provocadora.

Vergez está acusado en este megajuicio por 448 delitos: 169 privaciones ilegítimas de la libertad agravadas, 163 imposiciones de tormentos agravadas, 108 homicidios calificados, 6 imposiciones de tormentos seguidas de muerte, una tentativa de homicidio calificado y la sustracción de un menor de 10 años (el nieto de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo-Córdoba, Sonia Torres).