En diciembre de 2001 y tras una serie interminable de medidas antipopulares, buena parte del pueblo se movilizaba a los centros políticos del poder: la Plaza de Mayo y la de los Dos Congresos.

Al sentirse rodeado por manifestaciones populares, la respuesta del entonces presidente Fernando de la Rúa fue declarar el Estado de sitio y reprimir, con el consiguiente saldo de muertos y heridos.

Solo horas después, el mandatario abandonaba Casa Rosada en helicóptero tras anunciar su renuncia.

Hoy, la brutal represión en los alrededores del Congreso contra los movilizados por el ajuste previsional, trae a quien la presencie o mire reminiscencias de diciembre de 2001: el gobierno de Mauricio Macri también está jugado en ajustar a los sectores populares.

Y como en el caso de De la Rúa, la única respuesta es la represión ante la fuerte oposición social que se manifestó en los alrededores de un Congreso blindado y militarizado que buscaba sesionar con “diputruchos”.

Finalmente, la sesión se levantó, pero simultáneamente comenzaban los disparos de armas de fuego, los gases lacrimógenos, las golpizas, la infantería cazando manifestantes por avenidas y calles…

Por el momento no se trata en Diputados la reforma previsional, pero queda claro que el macrismo usará idéntico método –la represión– para hacer pasar por el Congreso o por decreto las reformas que harán caer sobre los hombros del pueblo trabajador todos los costos de un brutal ajuste.