Después de la denuncia en su contra por "privatizar" el sistema de vacunación contra el COVID entregando las dosis que le da el Estado nacional a entidades de salud privada para que privilegien a sus socios, el ministro de Salud porteño Fernán Quirós ensayó una respuesta que no conformó a nadie.

Efectivamente la Ciudad delegó en las obras sociales y prepagas su responsabilidad de vacunar a la población a discreción.

Fernán Quirós, trató de justificar la decisión del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires de entregar dosis de las vacunas contra el coronavirus a centros de salud privados que solo se las colocarán a personas que estén afiliadas, aunque no respeten el orden de prioridades dispuesto por el plan del Ministerio de Salud. Para el funcionario, la entrega de las dosis es una "cuestión de equidad". 

"El calendario de vacunación todos los años distribuye las vacunas a las obras sociales, a los sistemas prepagos y al gobierno de la Ciudad para que cada ciudadano porteño tenga la misma capacidad, la misma accesibilidad, para llegar a esa vacuna", sostuvo Quirós, quien dijo que el objetivo es que "cada persona se vacune en los centros de salud privados donde lo hace habitualmente".

Lo que el ministro parece desconocer es que los centros de salud privados privilegian no solo a los grupos considerados estratégicos, como personal de salud y adultos mayores, sino a los que tienen una prepaga y la cuota al día, claro.

Así fue que el gobierno porteño dispuso 29 centros públicos de vacunación en diferentes puntos de la Ciudad de Buenos Aires y 7 centros de vacunación privados.