El escandaloso DNU de Mauricio Macri, que desginó dos jueces para la Corte por decreto, pasando por arriba del Congreso y la institucionalidad democrática, vale la pena recordar qué hizo en 2003, el entonces presidente, Néstor Kirchner, quien lamentablemente falleció en 2010.

Bajo el decreto 222 Néstor Kirchner incluyó por primera vez en la historia de la Corte -desde su nacimiento, en 1863- que la misma comenzará a ser tenida en cuenta la opinión social cuando haga falta cubrir vacantes en el máximo tribunal de justicia del país.

El artículo 6 de la misma establece que la incorporación de organizaciones no gubernamentales y personas individuales a la posibilidad de objetar designaciones, sumado a la publicación de datos impositivos y laborales de los aspirantes, se diferencian del control en pocas manos de la aptitud de los futuros magistrados.

La participación social en la designación de jueces amplió la decisión que estaba reservada al propio presidente de la Nación y al Senado, que presta el acuerdo final para la asunción del nuevo magistrado.

"No nos interesa conformar una Corte adicta y no nos sirven las viejas prácticas porque la Corte Suprema necesita ganarse la confianza de la sociedad para dar solidez a sus decisiones", dijo Kirchner al presentar el decreto en junio de 2003.

En su jura, el 10 de diciembre pasado, Macri dijo no querer "una Corte macrista". Sin embargo, la promesa fue rápidamente incumplida con el decreto de este lunes. Una vez más, se comprueba que más importante que prometer, es realizar.