En la iniciativa se subrayó que “la falta de servicio nocturno del subterráneo afecta a distintos sectores sociales, en particular a los estudiantes que cursan de noche, y tendrá un impacto positivo en la seguridad vial de la Ciudad”.

Según el relevamiento realizado por la Defensoría, el 62% de los alumnos de la Universidad de Buenos Aires cursa en la franja vespertina-nocturna debido a motivos laborales, y lo hace en establecimientos cercanos a estaciones de subterráneo: las sedes del CBC y las Facultades de Ciencias Económicas, Derecho, Medicina y Arquitectura, Diseño y Urbanismo.

En la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), en tanto, el 53% concurre al turno noche, mientras que en la Universidad Católica Argentina (UCA) lo hace un 29% de los estudiantes.

En los fundamentos del proyecto también se menciona el impacto que tendría la extensión del servicio del subte sobre la seguridad vial, y se reproduce una recomendación del ex fiscal porteño, Germán Garavano, quien señaló que la “ampliación de la oferta de transporte público, en general, brinda soluciones de movilidad para los jóvenes que asisten y se retiran, en estado de ebriedad, de los locales bailables de la Ciudad”.

La Legislatura porteña ya estudió el año pasado un proyecto de ley para extender el horario hasta la 1.20 los días de semana laborables y hasta las 24 los fines de semana, que finalmente no avanzó y, en sintonía, un proyecto similar reunió más de 12 mil firmas a través de la plataforma de peticiones online Change.org.

El subte porteño es uno de los servicios de menor duración en relación a otras grandes ciudades del mundo y solamente funciona entre 17 y 18 horas diarias. 


En Nueva York, por ejemplo, funciona las 24 horas; en San Pablo, entre 20 y 21 horas diarias y en la Ciudad de México, 19 por día”, precisó la Defensoría en un comunicado.