Es uno de los dirigentes radicales que no se resignan a ser furgón de cola del macrismo en la alianza electoral que los llevó al poder en 2015 y que se repetiré en las elecciones legislativas de este año.

En una entrevista en Radio 10 con el Gato Sylvestre dejó claro las diferencias con el PRO y señaló que dentro de la coalición Juntos por el Cambio no fueron “ni socios menores" y que el radicalismo fue "sometido a una sumisión, a un servilismo que nunca se había visto" dado que les "saqueaban las listas”:

“Nos saqueaban las listas del radicalismo a mano de dirigentes que no tenían representación, saqueaban las listas y cambiaban los domicilios de las personas” para que pudieran ser candidatos.

“Esto no es culpa del PRO, pero ocurre cuando uno no marca el límite. El radicalismo está hecho para conducir, no para ser manejado”

 “Buscamos que el radicalismo salga del esquema perverso por el cual dirigentes nacionales de otras provincias compiten en Buenos Aires, ya que el radicalismo fue entregado en la provincia de Buenos Aires”

“Ratificamos Juntos por el Cambio pero reformulamos la relación con Juntos por el Cambio, y el radicalismo pasa a ser socio pleno y convocante, un socio que está en condiciones de sostener un frente”.