Un grupo de manifestantes no identificados y encapuchados arrojó piedras y tiró vallados en ambos extremos de la plaza y éstos contestaron con balas de pintura e impidiendo que la gente se acerque al Congreso.

Además, los efectivos armaron un cordón con escudos y lanzaron agua desde camiones hidrantes, además de bombas de estruendo para disipar a los manifestantes.

Los incidentes tenían lugar sobre la avenida Rivadavia, metros antes de la avenida Callao, a menos de una cuadra del Congreso.

El Congreso intenta aprobar en este marco el ajuste a los jubilados. Por eso, la Policía de la Ciudad dispuso un muy fuerte operativo de seguridad, tras la represión de Gendarmería en la que 44 personas fueron detenidas, muchas de ellas sin siquiera participar de la manifestación.