No necesita mucho para lanzar acusaciones pesadísimas que caen sin sustento pero con el peso de una plomada. Tampoco sus votantes y los seguidores del programa de Viviana Canosa precisan de demasiadas argumentaciones probadas para sacar afuera su odio e irritación.

Eso le permite a Patricia Bullrich decir casi cualquier cosa a sabiendas de que será decodificado su mensaje como lo que ella espera: un llamado a estar preparado para la caída del gobierno de Alberto Fernández, a quien acusó de dictador.

Tras los intentos de golpe de mercado de la semana pasada -que todavía continúa- ahora Bullrich apuntó a métodos más directos y en su planteo encierra la pregunta del antiperonista extremo: ¿por qué tenemos que seguir aceptando esto?

La respuesta está en la capacidad del Gobierno para cerrar filas y abroquelarse en tiempos en que la oposición parece impaciente en esperar el veredicto de las urnas.