Claramente ninguno de los asistentes al acto la estaba escuchando o hubieran notado la incongruencia en el discurso de la ex ministra de seguridad.

Bullrich empezó diciendo que no todos pueden ser docentes y luego se embarcó en decir que la educación es una causa de todos, de padres, madres y alumnos. 

Entonces al pedir que la causa sea una causa nacional de todos los argentinos pidió que cada uno de los argentinos que recibió educación en cualquier lado ayude a enseñarle a los chicos todo lo necesario contradiciendo lo que acababa de decir.

Vergüenza es poco. De la oradora y de los escuchas que celebraron la incongruencia.