Los planes sociales son el caballito de batalla en la discusión acerca de cómo cambiar asistencia por trabajo. Mauricio Macri los criticó duramente durante la campaña electoral que lo llevó a la presidencia y luego los duplicó. Cristina los elogió como una herramienta necesaria para los más necesitados y los fue disminuyendo.

Pero ahora Viviana Canosa -extrapolando lo inextrapolable, como es la situación de vida en Dinamarca- tiró sobre la mesa la idea de sacar del acto eleccionario a todos aquellos que reciben planes -básicamente a los pobres- como una medida para terminar con el clientelismo.

Todo esto sin haber estudiado los antecedentes, que muestran que no existe ninguna correlación entre una cosa y otra ya que Macri perdió luego de haberlos aumentado al doble.