La tradición se cumplió, pese a que el actor más esperado decidió evitar la lluvia. El tradicional toque del clarín abrió paso a los caballos, frente a un público de fieles sanlorencinos que desplegaron paraguas y no dejaron que las inclemencias climáticas le ganaran al sentimiento nacionalista.

El resto de las actividades se trasladaron al gimnasio de una escuela, y allí el gobernador Miguel Lifschitz avisó sobre la ausencia de Macri.

Cuando Lifschitz tomó la palabra, los abucheos fueron inmediatos. El presidente ya había aterrizado en el aeropuerto rosarino Islas Malvinas, aunque prefirió regresar a Córdoba a continuar sus minivacaciones, descartando así llegar hasta el lugar por vía terrestre. En realidad, para ese momento ya se conocía que la militancia no lo recibiría con los brazos abiertos.

“Lamentamos que las condiciones del clima no hayan permitido la llegada del presidente de la Nación”, informó Lifschitz al tomar el micrófono, después de que el intendente Leonardo Raimundo diera comienzo a la celebración en el Colegio Santa Rosa, a metros del mítico Campo de la Gloria.