Un nuevo audio detectado en el teléfono celular del sargento Sergio Sartirana sugiere que el jefe de gabinete del Ministerio de Seguridad, Pablo Noceti, ordenó esconder los vehículos de la Gendarmería que participaron en el ataque contra la comunidad mapuche de Cushamen el 1º de agosto.

Entre el material que en forma desordenada y tardía el ministerio entregó al juzgado federal de Esquel figura una cronología del caso realizada por la Central de Reunión de Inteligencia de Gendarmería con sede en Neuquén.

Esa línea de tiempo cubre desde el 31 de julio, cuando se preparó el operativo durante una reunión en Bariloche presidida por Noceti, hasta el 4 de agosto.

El 3 de agosto a las 21.26 “se recepcionó llamado telefónico del Ministro de Seguridad (sic) Pablo Noceti, quien libraría oficio judicial a los efectos de realizar pericias a los vehículos utilizados en el operativo informado por Esesquel mediamnte MTO HIA 3432/17- Archivo PUMA 84”. Al día siguiente, 4 de agosto, Sartirana recibió en su teléfono celular un audio explicativo sobre el mensaje de Noceti: 

–Dice que saquen los vehículos de ahí, que escondan. 

Otro audio que complica a Gendarmería: ''Que saquen los vehículos de ahí, que escondan''

El sargento Sergio Sartirana integró como chofer de una camioneta Ford Ranger la patrulla que llegó hasta el río cuando un grupo de mapuche huía para cruzarlo y pasar al otro lado. Entre ellos estaría Santiago Maldonado. Los otros gendarmes de la patrulla eran los cabos Emanuel Echazú, Darío Zoilan y Juan Carlos Pelozo. Echazú es el gendarme que sufrió dos fracturas en el rostro por el impacto de piedras.

Ese incidente fue alegado por la Gendarmería como el delito flagrante que justificó el ingreso a la comunidad mapuche. Pero las únicas fotos de Echazú sangrando fueron tomadas dentro de la comunidad, cuando regresaba del río, y la enfermera del escuadrón declaró que lo atendió dentro de la comunidad. Por joven y atlético que sea, es improbable que con dos fracturas ingresara a la comunidad y avanzara hacia el río. Según otro audio, dirigido a un superior, en ese avance “les dimos corchazos como para que tengan”.

Hasta ahora los peritos de la Policía Federal no establecieron quién envió el mensaje encontrado en el telefonito de Sartirana sobre la orden de esconder los vehículos. También apareció allí otro audio, éste del 16 de agosto, en el que alguien dice:

–Ahí está hablando todavía. Aparentemente dijo que el que tenía a Maldonado en la camioneta era la sargento Sartirana.

Sin demora, el Ministerio dio a conocer una nota enviada por Sartirana al Director Nacional de Gendarmería, en la que dice que el mensaje le fue enviado por el sargento Pablo Grillo, que se referían al informe de Patricia Bullrich ante el senado y que Grillo le hizo una broma.

Durante esa presentación, la ministra efectivamente mencionó a Sartirana como si fuera una mujer y no dijo que Maldonado estuviera en la camioneta. Pero también podría tratarse de una broma siniestra entre personas que conocen lo sucedido. Además, el audio no refleja el ánimo jocoso que le atribuyen los gendarmes y el gobierno, cuya coordinación para burlar a la familia de Maldonado y a los organismos defensores de los derechos humanos fue puesta en evidencia por otro audio que divulgó ayer aquí Sebastián Premici.

Se trata del diálogo del secretario de violencia institucional del ministerio, Daniel Barberis con cuatro gendarmes, entre ellos Daniel Gómez, uno de los que llegaron al río. Barberis mencionó allí mi nota “Macri ya tiene su primer desaparecido” y comentó: “Si nosotros no podemos salir juntos de este barco, encalla y en el barco están ustedes y nosotros”. También dijo que habían inducido al entonces juez Otranto a desviar la pesquisa de la Gendarmería. La maniobra es ilegal pero fue exitosa y su divulgación compromete aún más la situación del Ministerio.