La cadena nacional es en vivo, por ende, no hay capacidad de edición alguna. Uno mira y escucha en directo lo que el funcionario tiene para decirle. Si se equivoca o afirma una 'burrada', será cuestión de capacidad personal.

Ahora, sin ese derecho, es muy fácil para los medios hegemónicos 'maquillar' los discursos del presidente, que no se caracteriza necesariamente por contar con una gran capacidad discursiva ni conceptual. 

Mirá cómo siguió el tema de "la ley para la felicidad":