Milei está agrandado, ensoberbecido por su crecimiento en las encuestas y creyendo firmemente que tiene posibilidades de ser el nuevo presidente del país.

Todavía no arrancó la campaña en serio y se permite atacar a diestra y siniestra sin recibir disparos de ningún espacio, posiblemente porque al Frente de Todos le convenga su crecimiento a expensas de Juntos por el Cambio, y los cambiemitas porque tiene preparados los carpetazos y los golpes abajo del cinturón para más adelante mientras esperan a ver si es capaz de dejar atrás al peronismo y tener el sueño húmedo de un ballotage exclusivo de la derecha.

Por eso se le permite que ataque a los amarillos acusándolos de cínicos, de hacer sus políticas a demanda de los focus group y de faltar a su palabra.