A Carlos Melconian siempre le gustó usar un lenguaje sencillo y metáforas futboleras para hablar de economía: aun se recuerda su receta de "pechuguita de pollo y puré de zapallo" para pasar la crisis cambiaria.

Pero el terreno del armado político es menos amigable y allí hay que acceder a pedidos de estrategas comunicacionales como el ecuatoriano Jaime Durán Barba, y repetir los los latiguillos preparados.

Parece que nunca le gustaron demasiado y ahora contó en detalle cómo se preparaban esos discursos alentadores de un supuesto futuro promisorio.