"Llevamos muchos años de batallar para garantizar el acceso a los medicamentos, que para nosotros son un bien social. La principal preocupación ha sido cómo mejorar el acceso a medicamentos eficaces, seguros, de una sola calidad, que son requisitos absolutamente indiscutibles”, dijo el viceministro de Salud de la Nación, Daniel Gollan, al anunciar la noticia.

El funcionario subrayó que “hoy está absolutamente demostrado” que los laboratorios públicos “pueden funcionar muy bien” y destacó que “hay cinco o seis que tienen bien armada su estructura de costos a precios que les permiten competir con las mayores empresas del mercado farmacéutico”.

“Hablar de plata es hablar de acceso al medicamento”, apuntó Gollan en referencia a que los altos precios de determinados fármacos “son una de las mayores barreras” para que los pacientes puedan acceder a la medicación que necesitan.

El producto que se le proveerá a pacientes en diez hospitales públicos fue desarrollado por el LIF y financiado por el Ministerio de Salud de la Nación, a través del Programa de Producción Pública de Medicamentos.

Metadona

Se estima que durante esta etapa inicial el laboratorio produzca alrededor de 1 millón de comprimidos de metadona en dosis de 5 miligramos, que cumplen con los estándares de calidad y seguridad fijados por la Administración Nacional de Medicina y Tecnología Médica (ANMAT) y las normas de seguridad de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE).

Además, la metadona se incluirá entre los productos trazados por la ANMAT para hacer un seguimiento transparente desde el origen, pasando por toda la cadena que recorre el fármaco hasta llegar al paciente.

El subadministrador de la ANMAT, Federico Kaski, señaló que “este tipo de iniciativas son las que demuestran un Estado inteligente que no duplica tareas y que por medio de distintos organismos articula políticas que básicamente le cambian la vida a la gente”.

Además puso de relieve la vigencia de un sistema de trazabilidad “que permite conocer en todo momento la situación de los medicamentos a lo largo de toda la cadena de distribución, desde que salen del laboratorio hasta que llegan al paciente” con lo cual se evitan adulteraciones.

En esta primera etapa, la metadona se distribuirá en los hospitales Roque Sáenz Peña, Juan Alberdi, Intendente Gabriel Carrasco y el de Niños Víctor Vilela de Rosario; Tornú, Udaondo, Instituto Roffo e Instituto Lanari de la Ciudad de Buenos Aires, y en el hospital nacional Baldomero Sommer, de la provincia de Buenos Aires.

Los centros sanitarios fueron elegidos porque cuentan con un equipo de cuidados paliativos experimentado, además de farmacias con condiciones técnicas y humanas para coordinar el control.

El proyecto

Para garantizar aún más la seguridad de estos fármacos, el proyecto estipuló que cada uno de los hospitales nombre un responsable del área de cuidados paliativos y otro de farmacia, quienes se encargarán de los sistemas de registro de consumo de opioides, los circuitos de almacenamiento, provisión y distribución oportuna de la medicación, con el objetivo de que los pacientes reciban la medicación en forma gratuita, independientemente de si están internados, se controlan en forma ambulatoria o cursan una internación domiciliaria.

También formó parte de la construcción de esta iniciativa el Instituto Nacional del Cáncer (INC), que diseñó tres guías: una de tratamiento para el equipo de salud; otra sobre “interacciones medicamentosas” con el objetivo de reducir el problema potencial de la metadona -relacionado a su tipo metabolización que la hace sensible a otros medicamentos,- y una tercera dirigida a los pacientes.

En el mundo hay una gran carencia de opioides para el final de la vida, porque hay muchas barreras relacionadas con las regulaciones, el desconocimiento de los equipos médicos a la hora de prescribirlos y el prejuicio de la sociedad. Argentina dispone de una gama amplia de opioides, pero encuentra trabas en el acceso por los costos, la distribución y los controles de los recetarios.

“La producción pública de medicamentos para el alivio del dolor se inscribe dentro de la ampliación de derechos de la sociedad, que considera que el alivio del dolor es un derecho humano”, subrayó el Ministerio de Salud.

Luego del análisis de los resultados de este piloto, el objetivo es que todos los pacientes oncológicos atendidos en hospitales públicos reciban gratuitamente la medicación para tratar el dolor y otros síntomas habituales en pacientes con enfermedad avanzada.