La reciprocidad se puso en acto. Sergio Massa viajó a Davos con Mauricio Macri para buscar inversiones, y Mauricio Macri ya le devolvió un centro de cara a las elecciones del Partido Justicialista.

En conferencia de prensa en su último día en Suiza, el Presidente dijo que el Diputado del Frente Renovador "es el líder de la oposición y va a conducir el partido peronista", largó.

El gesto del porteño al tigrense tiene un evidente beneficio mutuo. A Massa le sirve para ganar terreno como el hombre que puede darle un perfil "dialoguista" al PJ, y por su parte, Macri evita el peor de sus temores: que el kirchnerismo se erija como el sector más fuerte del peronismo y encabece la oposición.

Las reacciones por la intromisión de Macri en relación a la interna del partido opositor no tardaron en llegar.

El excandidato a presidente, Daniel Scioli, le recordó al mandatario que "el Peronismo es un partido democrático, con una gran experiencia y no necesita que el Gobierno le imponga un jefe".

"Falta que (Macri) esté pensando en un DNU para imponer al jefe del Peronismo", ironizó el exgobernador provincial por Radio Rivadavia.

El diputado Máximo Kirchner también opinó al respecto.

En la red social también se hicieron eco de las declaraciones de Macri, y hasta se preguntaron si los elogios de Macri no serán contraproducentes para Massa en su afán de llegar al liderazgo del PJ.