El horizonte al que apunta Sergio Massa está claro, evitar la confrontación directa, dejar de hablar del pasado, y confrontar modelos de país pensando en el futuro.

Pero eso llegará después del domingo, cuando se definan las PASO y sepa contra quién tendrá que enfrentarse en un eventual ballotage.

Hasta ese momento su campaña está destinada a afianzar el voto duro del espacio peronista, lograr que los votos kirchneristas no duden ni se queden en casa, y salgan a apoyarlo decididamente en las Primarias.

Después habrá tiempo de ir a buscar a los desencantados, a los que miran con recelo al kirchnerismo, a los que se necesitan para ganar las elecciones generales.

Por eso, ahora no duda y le pega a la oposición sin miramientos, buscando afianzar el voto propio.