Hablando desde el lugar de quien nunca tuvo ninguna responsabilidad de gobierno ni ocupó ningún cargo, Ramiro Marra se manifestaba como un representante de los libertarios, la nueva esperanza blanca de la derecha argentina.

Pero bastó que atacara a Cristina con la consabida fórmula de la corrupción -sin aportar ninguna prueba y basándose en rumores de remisería- para que Gabriel Mariotto lo cortara y le espetara un "No seas bobo" categórico.