Si algo se les reconoce a los radicales a lo largo de los años es su capacidad de oratoria que suelen desplegar tanto en actos como en el Congreso.

Sin embargo, el cordobés Mario Negri -haciendo poco homenaje a esa tradición- no buscó mejor manera de presentar ante Hugo Macchiavelli y Clara Mariño la posibilidad del horizonte que le espera al país si fracasa la negociación con el Fondo Monetario Internacional que con una metáfora ramplona.