La charla con Jorge Fontevecchia en PERFIL es extensa y atraviesa tanto la vida familiar de la familia Macri como la suerte del Grupo SOCMA, que creó Franco.

Pero lo más jugoso es el vínculo entre los hermanos que revela el tipo de personalidad que Mariano le critica a Mauricio y que es el germen de su accionar político.

Acá algunos de los momentos más calientes de la entrevista:

"—El enfrentamiento se inició en 2007, cuando mi padre decidió dar un paso al costado y ceder la conducción del grupo. En el detalle de los términos hubo grandes desentendimientos. Yo no llegué a involucrarme hasta muchos años después. En una charla con mis hermanos, mi planteo fue: “Si esto vamos a llevarlo a un enfrentamiento con nuestro padre, solo va a escalar y sabemos cómo termina. Preferiría que rompamos los papeles sobre la mesa, volvamos todo atrás, que él piense qué quiere hacer”. Mauricio, en una conversación estéril, terminó diciéndome: “¿De qué lado estás? ¿Estás con él o estás con nosotros?”. Mi respuesta fue: “De esta manera yo no me puedo entender nunca con ustedes. No quiero saber lo que vayan a hacer ni participar en lo más mínimo. Quiero verme totalmente afuera”. Fue luego de unos pocos meses de experiencia de intentar recrear reuniones entre hermanos. "

"Para mí venir acá es para hablar de la historia verídica que viví de un personaje que se vendió con un marketing de algo que no es. Que se opuso a la familia por su proyecto de poder, que llegó realmente a destruirles la vida los últimos años a mi padre. Y me llevó puesto a mí. Tuvo un comportamiento muy destructivo, de enorme autoritarismo, arbitrariedad y perversión. Para mí es una cuestión de dar vuelta la página, de poder hacer las paces. De decir todo lo que tenía que decir. Soy una persona testigo de todo lo que se vivió. Hago mi paz de conciencia. Poder decirles a mis hijos que hago las cosas en función de una escala de valores. Quiero poder mirarlos a los ojos, sin remordimientos y, fundamentalmente, pensar en mi futuro. Terminar con este pasado que pareciera que nunca acaba, del que no logro salir."

"Se dieron cuenta del conflicto que había, que yo estaba hablando de una actitud realmente cretina para decirlo mínimamente, perversa, destructiva. Por eso sus hijos dijeron basta. Por eso no quisieron saber nada. Nunca se metieron en la vida cotidiana del grupo. Jamás tuvieron ni una pasantía ni un puesto. No se interesaron. Pobres, estaban de prestado. Fue lo mismo que mi hermano me propuso y que me niego a hacer porque está en contra de la ley y no va a dar más que problemas. Ahí dice: “Ahora los pongo a mis hijos. Les doy las acciones a mis hijos y que se enfrenten con las consecuencias”. Fue con lo que ya un hermano te dijo que no estaba dispuesto a hacer. Representa en la mayor medida posible el nivel de perversidad del personaje. Ellos me piden permiso para hacer la transacción. Implicaba ponerse adelante de la fila, porque yo estaba discutiendo que quería salir por las mismas razones. Incluso un familiar que me dijo que les hiciera el favor, que luego resolverían lo mío. Tomé su palabra. Lo hice y no resultó como se lo supuso."

"Lo respondería en términos de que cuando a él le tocó ser presidente, cuando disputó el poder y hablaba en términos de abrir el diálogo y de sentarse a hacer acuerdos, en paralelo vivía lo que padecí en el interior de mi familia. Nada de diálogo, de acuerdos. Imposición pura. Quien a hierro mata, a hierro muere. No sé si es tal cual él lo cuenta de que nunca se metió en la Justicia. Entonces esto termina siendo ojo por ojo, diente por diente. Si es así, se la habrá buscado. Pero todos los argentinos de eso no sacamos nada. Solo más pobreza y el país que no sale adelante."

"Evolucionó mucho en estos aspectos de los que hablo, muy para peor. Porque todo lo que pasó lo hizo crecer, madurar. No me cabe duda. No sé si hay un marketing político. Sí sé que su discurso inaugural ante el Congreso a mí me entusiasmó mucho, me inspiró. Realmente me dividió. Vivía una dicotomía muy fuerte: experimentar en el flanco familiar estos abusos, este trato absurdo, y, por otra parte, vino a unir a los argentinos, a erradicar la pobreza, a luchar contra el narcotráfico. Al final uno se da cuenta de que lo que predomina son las acciones, no las palabras. Todo lo que ocurrió después lo demuestra. "

"Vivo una falta total de sinceridad y un grado de perversidad muy grande. Me peleo con un fantasma, porque siempre argumentó que no tenía nada que ver. Estaba demasiado claro que no era así. Entonces estás hablando de una persona complicada. No veo cómo una persona que se maneje así al interior de su vida familiar pueda ser diferente afuera. Observo como ciudadano qué pasó, cómo disputó el poder, quiso atropellar a la oposición aun en minoría. Ese no es el plan A de ningún ser inteligente... Y él no es poco inteligente."

"Una de las preocupaciones que me lleva a decir: ojo, no es lo que ven. Después cada cual se hará cargo de su voto, pero es una persona que con el poder fue destructivo. No supo usar el poder. Su libro se llama Primer tiempo. Tal vez crea que habrá un segundo. Hoy es alguien con peso muy gravitante en la política. No quiero eso para mi país. Quiero gente honesta. Que no diga que habla con la verdad, pero después se comporte de punta a punta con la mentira".

"Necesito dar vuelta la página. Sacar esto de mi sistema. Lo hago en vez de elegir callar, la cómoda, que no es una solución tampoco. Prefiero juntar el valor para exponerme y exponer mi punto de vista. Estoy apostando a que lo que me va a ayudar a sacar esto de mi sistema es hablarlo. Es decirlo públicamente. Desenmascarar a Mauricio. Contar el tipo de persona de que se trata. Y entonces hago las paces. Dije lo que tenía que decir. No me lo guardé. Y tal vez haya pocas personas en mi posición para poder hacerlo como hermano. Seguramente en muchos ámbitos de la vida cotidiana hay quienes han pasado por cosas similares a la mía, de abuso por parte de él, que ojalá hablen. Probablemente no hablen por miedo o por perder algo. Yo no tengo nada que perder. Lo que tenía para perder, ya lo perdí. Perdí mis vínculos familiares, que valoraba muchísimo. Fui de unirlos, de insistir, de convocar. Acompañé el crecimiento de todos mis sobrinos. Mis hermanos los involucraron en esta discusión, no los preservaron, cosa que no hice yo con mis hijos. Yo no intervengo en la relación de ellos con sus tíos ni sus primos. No me parece lógico. Si lo hiciéramos todos, es un poco como el movimiento MeToo, no sé si me voy un poco de pista. Tal vez tenga ese efecto".