Esta claro que la estrategia de tocarle el timbre a la gente que adhiere a las ideas del macrismo no es algo nuevo ni tiene un efecto real más allá de lo que se pueda reproducir en los medios.

Ella no va a convencer a nadie ya que los que la reciben parecen estarla esperando.

Párrafo aparte merece la señora que se refiere a la dictadura como "proceso" tal como la llamaban los genocidas y se atreve a comparar la situación actual con la de esos olvidables años.