La ex gobernadora y ex orgullosamente bonaerense aseguró, sin ponerse colorada que el kirchnerismo quiere una justicia sometida y adicta.

Tal vez la ahora diputada porteña olvida las imágenes que se vieron en los últimos días donde sus propios ministros, junto con agentes de inteligencia, armaban causas contra sindicalistas.

O será que se olvidó que Mauricio Macri no sólo nombró a dos miembros de la Corte a dedo y después tuvo que recular y pasar por el Congreso, o que jugaba al paddle con los jueces que tenían a cargo causas importantes contra figuras del kirchnerismo o incluso ahora almuerza con el jefe de los fiscales bonaerenses mientras hay causas abiertas contra él.

Pero la ex gobernadora considera que un acto democrático como es una marcha para demostrar el descontento por el mal funcionamiento del Tribunal Supremo tiene algo de malo.

O peor, considera que si el Presidente critica el funcionamiento de la Corte no está respetando la división de poderes. Tal vez la diputada debería volver a leer la Constitución.