Bastó que Brisa Hunglinger mostrara el aplomo y la madurez para no entrar en chicanas berretas para que a Luis Majul se le acabe la cordialidad.

Así pasó sin escalas de preguntas falsamente inocentes -“como si fuera tu padre”- a enojarse por sugerirle encauzar la entrevista para el tema que los había convocado, dándole un cierre abrupto a la nota.

Al menos Majul le pidió que lo dejara “hacer de periodista” lo que significa que finalmente reconoce que no lo es.