Luego de sus extensísimas vacaciones, el presidente Mauricio Macri inició un nuevo viaje este lunes y por la tarde arribó a la fría Moscú, donde, antes de presenciar el foro económico mundial de Davos, espera poder reunirse con el presidente ruso Vladimir Putin, con la intensión de no protagonizar un nuevo papelón.

Después del fallecido chiste en la reunión del G20 en China, sobre Lionel Messi y el Mundial, y que dejó en offside al mandatario argentino, esta vez Macri llega a Rusia coacheado para su encuentro con Putin.

Según publica Infobae, la principal preocupación de la delegación argentina no pasa por el frío, sino por si el presidente ruso dejará esperando al argentino, como lo hizo en el pasado con Angela Merkel, Tabaré Vázquez y el papa Francisco, entre otros líderes mundiales.

En este sentido, los asesores presidenciales evaluaron los gestos que le conviene hacer a Macri en el esperado encuentro, y para evitar cualquier papelón, aconsejaron que el líder del PRO le haga algún comentario a su par ruso sobre el sambo, un arte marcial desarrollado por el ejército rojo después de la Revolución Rusa, del cual Putin es fanático.

"Tengo muchísimas expectativas, esperamos tener avances", expresó Macri en su llegada al hotel Ritz-Carlton, situado a 100 metros de la Plaza Roja, y agregó: "Buscaremos dar un paso adelante en materia de energía, logística y agroindustria”.

Antes del esperado encuentro con Putin, el mandatario argentino iniciará su agenda este martes con un desayuno con 18 empresarios rusos.