Mauricio Macri mantuvo una entrevista llena de excusas con uno de sus periodistas privilegiados, Jorge Lanata, donde se preocupó principalmente de echar culpas a todo el mundo por la situación que atraviesa la Argentina.

En primer lugar, como lo hace desde su campaña política, le echó la culpa al gobierno anterior, un discurso que la gente comenzó a descreer en los últimos meses y con las medidas de austeridad que implementó su gobierno.

También culpó al ministro de Hacienda por su excesiva meta de inflación, que finalmente estuvo lejos de cumplirse. Hasta culpó a los usuarios que "no se abrigan" por el tarifazo y, por ende, el cierre de las fábricas. 

Pero una de las pocas cosas que reconoció fue su "optimismo" -por llamarlo de alguna manera- durante la campaña política, ante la pregunta del periodista de si fueron demasiado "optimistas" al plantearse los objetivos en el comienzo.

"Hubo que poner una dosis de optimismo y positivismo", reconoció Macri ante la gran cantidad de promesas inclumplidas, y pidió ver "el vaso medio lleno" de cada situación. "Creo que tenemos un enorme futuro", continuó el presidente con su "positivismo" a flor de piel.