Luego de una multitudinaria protesta del jueves pasado de la CGT y CTA, donde lo que mas se pidió fue ir a un paro nacional contra las políticas de Mauricio Macri, el Gobierno de Cambiemos compró tiempo y les giró 13 mil millones de pesos a las obras sociales. 

Mediante el decreto 251, firmado por Macri, Marcos Peña y Carolina Stanley, la Casa Rosada habilitó un incremento de los fondos para las obras sociales sindicales, una medida típica para calmar a los dirigentes de la CGT y meter en el freezer las medidas de fuerza.

La medida permitirá incrementar los recursos de la Superintendencia de Servicios de Salud a partir del interés de un bono emitido en 2016 y de los pagos e intereses de la deuda de la empresa OSDE con el Estado. Lo que hizo el Gobierno fue reasignar los fondos disponibles que hayan ingresado hasta el 28 de febrero pasado desde el Fideicomiso de Administración creado por el artículo 4º del Decreto N° 908/16 al Fondo de Emergencia y Asistencia.

En cambio, los jefes de la central, Héctor Daer y Carlos Acuña, no terminan de avanzar con la definición de la medida de fuerza y por eso son acusados desde otros sectores del gremialismo de mantener una postura cómplice con el Gobierno. "Ya estamos a ocho meses de que se termine este mandato, creemos que la estrategia tiene que estar centrada en el proceso electoral, acompañando a un espacio y no entorpeciendo", explicó Héctor Daer,titular de Sanidad. 

Otros popes gremiales le piden a Daer que sea menos contemplativo con Macri. "Los compañeros del Consejo Directivo tienen que tomar nota para intensificar las medidas de fuerza ante un gobierno que nos ha despojado de derechos y poder adquisitivo", disparó José Palazzo, de la Bancaria.

En paralelo a la entrega de fondos a las obras sociales, el Gobierno publicó en el Boletín Oficial una resolución en la que crea la Comisión de Diálogo Social para el Futuro del Trabajo, en el ámbito de la Secretaría de Trabajo y Empleo.