Puede ser considerado un desafío menor, pero para Mauricio Macri su paso por Boca es donde comenzó su derrotero político y nunca reniega de la campana de resonancia que significa uno de los clubes más populares del país.

Ahora decidió acompañar activamente la candidatura de Andrés Ibarra a la presidencia del club xeneize, lo que implica que se involucrará personalmente para movilizar voluntades intentando el regreso de su espacio a la conducción de la institución auriazul.

Ya sumó a algunos exjugadores -Diego Cagna, el ‘Mono’ Navarro Montoya, Carlos Mac Allister, etc- y está tejiendo alianzas con peñas y agrupaciones, aunque tendrá enfrente a un trasatlántico: el carisma inigualable de Juan Román Riquelme.