A veces no se sabe si lo hace a propósito o no se da cuenta de lo que dice. Habría que hablar con sus asesores de prensa fuera de los micrófonos para saber si es una estrategia diseñada para congraciarse con los sectores más reaccionarios de la sociedad o no sabe ni siquiera de lo que está hablando.

Porque sostener que Alemania es una “raza superior” a cualquier político debería costarle un dolor de cabeza y las durísimas acusaciones de las instituciones judías por su reminiscencia al nazismo.

Pero Mauricio Macri lo dice sin que se le mosquee y no espera que nadie salga a cruzarlo por sostener una barbaridad racista que recuerdan a lo peor de la humanidad.