Mauricio Macri salió al cruce de las iniciativas legislativas que buscan detener los despidos, tanto en el ámbito público como privado; es que, de salir, ponen en riesgo su planeado y en curso ajuste en el Estado y al mismo tiempo en apuros a sus socios, los grandes empresarios (entre los que su padre está incluido, claro).

Como se sabe, el conjunto de la oposición impulsa en el Congreso un proyecto de ley que crea la emergencia ocupacional y establece la prohibición de despidos desde el 1 de marzo (retroactivo) hasta el 31 de diciembre de 2017, tanto en el ámbito público como en el privado. Un proyecto, por cierto, que fue rechazado por los legisladores de Cambiemos.

De hecho, el Presidente ya dio a entender que, de ser votado en el Congreso, vetará ese proyecto que pone límite a su propio proyecto: el de continuar despidiendo empleados públicos en el marco de esta virtual tercera reforma del Estado, al mejor estilo menemista.

"No hay que repetir los errores: ya probamos en 2002 con leyes que prohibían (despidos)  y eso no trajo más trabajo, lo destruyó", afirmó Macri durante un acto celebrado en la planta de Cresta Roja. "Aprendimos de nuestros errores y no los vamos a repetir", advirtió el mandatario, porque –aclaró– son "leyes que nos alejan de lo que todos queremos".

"Lo que todos queremos" significa, en palabras de Macri, despidos masivos, devaluación del salario y flexibilización laboral, ajuste y tarifazos, entre otros muchas políticas oficiales que avanzan sobre derechos adquiridos del conjunto de la población trabajadora.