Se ve que los números no les están dando tan bien como aseguran desde varios artículos en Clarín que luego se replican por otros medios.

Si esos números estuvieran dando como dicen no estarían tan preocupados como para haber dejado de lado la mesura y dirigirse directamente a las cabezas de la oposición con órdenes directas.

Literalmente es el fin del periodismo cuando se deja de informar para darle órdenes al poder político sin eufemismos.