Daniel Funes de Rioja no es un personaje menor en el panorama económico argentino, y por lo tanto tampoco son políticamente inocuos sus postulados; como se sabe, es vicepresidente de la UIA y titular de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal).

A esos efectos, es también uno de los principales propulsores de la reforma laboral ‘a la brasileña’ que tiene en carpeta el Gobierno, aunque la actitud oficial es esperar hasta después de las legislativas de octubre.

Pero el empresario no deja pasar ocasión de hacer hincapié en los supuestos beneficios que traería al propio trabajador disminuir sus derechos…

"La reforma laboral es absolutamente necesaria", dijo Funes de Rioja tras la reunión del Council of the Americas, que se llevó a cabo el jueves, argumentando que la legislación laboral argentina es antigua…

"Si uno mira la legislación laboral argentina, corresponde a la primera y segunda revolución industrial. Es fordista. Hace a una rigidez del sistema de relaciones laborales individuales y a una fuerte concentración del sistema colectivo", dijo al diario La Nación.

El empresario habló también de las inversiones que llegarán (a su juicio) para una industria 4.0, en la que la robotización y la inteligencia artificial necesitan “trabajadores nuevos” bajo un “sistema mucho más dinámico”.

Es decir: no tanta “rigidez” sino más “dinamismo” que implique la posibilidad de despedir a contratar al ritmo de las necesidades empresariales y no de las sociales: mayor flexibilización y precarización contra el “sistema laboral viejo” –dijo– que hay en la Argentina.