Después de dos años de negociaciones con Francia, el Gobierno concretó la compra de los cinco aviones. El Embajador de Francia en Buenos Aires, Pierre Henri Guignard, había confirmado la operación y agregó que eran "un poco antiguos" y que el monto pagado era "un poco simbólico". 12,5 millones de euros le costó al Estado para renovar la flota de la Armada que se supo ahora que no funcionan. 

La demora de la llegada de los aviones caza Super Etendard se debió a la tardanza en el pago por parte del Gobierno a su fabricante, Dassault, en la que el propio Mauricio Macri tuvo que involucrase para arreglar la situación el año pasado al viajar a París. 

"Acabamos de ceder cinco aviones caza Super Etendard que son un poco antiguos, por un monto un poco simbólico, ya que no son aparatos nuevos", explicó el diplomático galo en su momento. Estos aparatos fueron retirados oficialmente de servicio el 12 de julio de 2016 de la Armada de Francia.

El objetivo de la Casa Rosada era utilizar las aeronaves para la seguridad de la cumbre del G 20 a fines de 2018 pero no será así ya que deberán ser reparadas a un costo de cinco millones de dólares. Según consigna Infobae, fuentes de la Armada destacaron que “no están aptas para volar” por inconvenientes en los motores y el fuselaje. Recién estarán listas para mayo o junio de 2019.