Una grabación breve y carteles de "nunca más" a la salida del despacho. Ese pequeño acto le recordó al exministro de Cultura porteño, Dario Lopérfido, que no le perdonan que haya hecho negacionismo de los crímines de lesa humanidad de la Dictadura.

Sus dichos, sumado a otros episodios en el teatro Colón, terminaron por eyectarlo del cargo. Pero a modo de premio, el gobierno lo envió a Alemania donde se desempeña como Representante Especial para la Promoción de la Cultura Argentina, cargo por el que cobra como un ministro Plenipotenciario de segunda clase. 

Ni en Europa le dejan de recordar que sus pensamientos no son bienvenidos en democracia.